Entre la vida y la muerte Virus.
El término “virus” significa veneno.
Los virus son agentes importantes, pues son responsables de muchas enfermedades
que afectan a plantas, hongos, animales y al hombre, incluso son parásitos de
las bacterias.
Cuando se comenzó a estudiarlos, se
vio que eran capaces de atravesar hasta los más delicados filtros y seguir
ejerciendo su capacidad de enfermar, como un misterioso toxico diluido. Si
durante siglos no fueron descubiertos son porque son increíblemente pequeños:
se necesitarían unos 23000 millones de virus amontonados más o menos cuatro
veces el número de humanos en el mundo para poder observarlos a simple vista.
En los últimos años algunos virus,
como los hantavirus, la embola y el mar burgo, se han convertido en
protagonistas de los medios de comunicación.
Los virus tampoco tienen un
metabolismo; no necesitan alimentarse, respirar, ni excretar sustancias. Por el
contrario, pueden permanecer años en un estado de latencia, como si fueran
minerales en forma de cristal, aguardando las condiciones apropiadas para su
propagación y reproducción. Podríamos decir que los virus se encuentran en el
limbo entre la vida y la muerte.
Los virus son paracitos intracelulares
compuestos por un núcleo de ARN o de ADN y una capa protectora de proteína. La
cubierta externa de proteína se llama ápside.
Algunos virus poseen una envuelta
adicional que suelen adquirir de la propia membrana celular arrancándosela. La
partícula viral completa se llama virión.
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